
Ana Idam es escritora autopublicada que, admite, goza de cada historia que escribe. Con ocho novelas a sus espaldas, sin duda la romántica es su entorno natural y Siesta para Dos es la prueba de su éxito.
Este año 2022 ha sido en el que se ha atrevido a dar el paso y contar una historia de amor entre chicos, con Galicia de fondo y el aprendizaje para dejar atrás lo malo y hacer hueco a lo bueno de la vida, que es mucho. Y más si viene en una hamaca para echar la siesta.
Sus inicios fueron con la romántica erótica con Noches sin Luna, en 2015 y probó también con la fantasía con Xadia la lectora de Sangre. Su saga Dreamers arrancó en 2020 y continúa trabajando en ella. Eso sí, promete regresar con más historias BL.
Un millón de gracias por contar conmigo y ceder este espacio con mis experiencias y novelas.
—¿Cuándo descubriste que te gustaba el género BL?
La primera vez que leí BL fue un fanfiction y en el foro de Crepúsculo, en el año 2009 más o menos. Vengo del mundo del fandom y allí, además de escribir, leía todo lo que podía y llamaba mi atención.
—Siesta para Dos ha sido tu primera historia publicada del género, ¿habías probado antes a escribir algo similar?
En Noches sin Luna hay un personaje secundario gay, y aunque me pidieron su historia no me veía capaz, no sabía si iba a poder darles lo que pedían, supongo que porque al principio te basas más en tus propias emociones, y escribir sobre dos chicos, aunque me gustaba leerlo, me provocaba inseguridad.
—¿Sentiste preocupación o algún tipo de miedo de ser juzgada por escribir BL?
Me preparé para no llegar a tantos lectores como había llegado con mis novelas anteriores. En una mesa redonda online, en la que debatían sobre este tipo de literatura, hablaban de ello, de que las escritoras de romántica hetero que habían escrito gay habían bajado en lectores, así que, preocupación no, porque no vivo de esto. Miedo a sentirme juzgada tampoco, de hecho me sentí orgullosa de haberlo escrito, los miedos que sentí fueron los de siempre, no por ser BL, sino porque cada vez que saco libro… me cago pata abajo , me muero de nervios y el miedo está siempre agazapado(porque no guste, porque ataquen la historia y me duela…, lo que pasa cuando te expones, vamos). Pero es que pasó justo lo contrario, imagina la sorpresa, me abrumó la acogida de la historia como pocas cosas en esta vida.
—Dime un autor o autora que admires del género.
Anyta Sunday me gusta mucho, y las historias de Anny Peterson y Susanna Herrero del género me han encantado.
—¿Qué respuesta has recibido de tus lectoras habituales tras publicar Siesta para Dos?
Como he dicho, todavía me siento abrumada por la acogida, esperaba que muchas de ellas no lo leyeran, porque aunque es romántica hay quien se frena con el BL, pero me sorprendieron, los acogieron con cariño absoluto, desbordante.
Escuchar sus voces y sus coletillas, su forma de hablar, sus porqués, es algo que me encanta del proceso creativo
—Galicia, dos chicos con un pasado, una hamaca… ¿Cómo surgió la idea que terminó en novela?
Ay… que me da la risa, mi marido todavía se acuerda porque íbamos los dos en el coche y a mí empezó a hormiguearme el cu… trasero. Brutal ese momento.
Veníamos de ver a mis hijos en el camping, que estaban con su tía, y estaba atardeciendo, en Galicia eso es casi las once de la noche, por la ría de Muros. El paisaje es maravilloso, vi una casa en lo alto que debía de tener unas vistas como la casa de los artistas, y se desató todo, ahí iba a ir alguien que necesitaba esconderse del mundo. Lo que me pasó en ese momento de chispazo traté de trasladarlo a mi tendencia a hacer historias chico/chica. Ella iba a ser la escritora, pero no quería, no me dejaba pensar en ese personaje de forma femenina. Entonces—me dije—la dueña del bar en la pequeña playa… Y no, tampoco podía pensar en más allá si ponía ahí el personaje femenino. Supongo que desde el principio ya me estaban contando quienes eran, y me desestabilizaban a la par que me emocionaban, lo que hizo que se me pusieran unos nervios enormes porque entre tanto alborozo loco y creativo, había una fuerza que me gritaba que no iba a saber hacerlo. Tengo que agradecer tanto a mis ceros, a mi lectora de sensibilidad gay que me orientó tanto en mis puntos débiles, porque sin ellas la Siesta no sería lo que es.
Que fuera una hamaca bajo la parra/viña fue porque es mi lugar favorito del mundo cuando necesito estar tranquila.
—Has pasado de la fantasía a la romántica y ahora a la homoerótica, ¿en qué género te sientes más cómoda?
En romántica, es el género que fluye, aunque siempre trato de ponerme retos, me siento muy cómoda. Fantasía y homoerótica son un reto en sí mismos.
—¿Te planteas una continuación de Siesta para Dos? ¿O en publicar más historias BL?
Continuación no, de hecho por eso tiene ese final, ese epílogo. No descarto que surjan relatos con ellos, pero no continuación. Y sí, tengo en mente (y ya en papel) un nuevo proyecto BL que me emociona muchísimo, casi tanto como Siesta, porque aunque no los puedo escribir, no dejan de presentarse y contarme cosas. Escuchar sus voces y sus coletillas, su forma de hablar, sus porqués, es algo que me encanta del proceso creativo.
—¿En qué proyecto estás inmersa ahora?
Mi prioridad ahora mismo es terminar Dreamers. Estoy en proceso de corrección del cuarto y en creación del quinto, todo a la vez.
—Hablemos de cifras. ¿Te ha dado la novela alegrías suficientes para considerarte mileurista autopublicada?
¡Ayyy! Alegría es lo que yo me río con esto, porque como es una afición preciosa, tampoco lo espero. No, no he llegado a esa etiqueta jamás, no he sido mileurista ni siquiera en un mes de lanzamiento que es cuando más se lee. Siesta para dos ha sido el más potente seguido de Presente. Pasado tú y Dreamers, moja tus sueños en café y despiértalos, pero no he alcanzado la cifra. Si alguna vez llego, igual me da un telele, ¡¡¡jajajaja!!!